No conocer la causa ni la cura de la endometriosis, en esta sociedad, es ya negligente y poco científico. Aún no se sabe por qué ocurren exactamente esos procesos, porque al ser una patología “de mujeres” (no), no se investiga. No se destinan fondos de investigación proporcionales ni de lejos a su elevada prevalencia o equivalentes a los de otras patologías como la diabetes. (Irene Aterido, Tribuna feminista en este excelente artículo que invitamos a leer)
Mañana es el Día Mundial de la Higiene Menstrual, queremos reemplazar higiene por salud y justicia. En este especial, hablamos de cómo menstrúa 1 de cada 10 personas, para difundir TRES relaciones con el tema. Aunque vos no tengas endometriosis, podés aportar a mejorar la calidad de vida de otras personas si estás más informadx y atentx.
Endometriosis influida por la nutrición y productos de uso diario:
Lucila es médica especialista en nutrición, y cuando le diagnosticaron endometriosis en el 2012, ella misma no sabía que la alimentación podía ayudar al tratamiento de la enfermedad. En su propia formación científica no había recibido material sobre este vínculo, y se puso a buscar por su cuenta. Probó una dieta específica y tras 9 meses, comprobó en ecografías que el endometrioma no había crecido más, y ya no siente dolores en su menstruación.
Te contamos algunas de las claves que comparte Lucila a sus consultantes:
“Aunque la causa de la endometriosis no se sabe, sí sabemos que depende de altos niveles de estrógenos y de tener el sistema inmunológico debilitado. Algunas cosas que aumentan aún más nuestros niveles de estrógeno:
- Consumir alimentos que traen estrógenos: pollo, carne, tal como se crían en Argentina, está permitido darles hormonas.
- Incorporar disruptores endócrinos, sustancias químicas que inhiben o bloquean nuestras estrógenos, o las imitan y funcionan aumentando su actividad en nuestro cuerpo. ¿Dónde incorporamos disruptores endócrinos?
- Al comer fruta y verdura rociada con pesticidas.
- Al usar mal nuestros elementos de plástico, poniendo alimentos calientes directo de una olla a un tupper.
- Al utilizar champúes, cremas y otros productos que ponemos en nuestro cuerpo y ambiente que tienen químicos disruptores.
En esta ONG podés encontrar cómo diferenciar marcas y productos.
Algunas cosas que perjudican al sistema inmunológico dado que aumentan la inflamación: comer alimentos empaquetados, consumir lácteos y harinas”.
Mirá el video completo de la entrevista hecha por @vivalacopita a la Dra. Lucila de @nutricionyfertilidad, médica especialista en nutrición, aquí.
Endometriosis y consentimiento informado
La historia de Daniela D. frente al consentimiento informado:
“Yo tengo endometriosis andá a saber desde cuándo, pero diagnosticada recién en 2013. Sospechaba que tenía endometriosis porque tenía a veces, no siempre, episodios de un dolor muy intenso… Sospechaba esto pero como todas las mujeres con endometriosis tenemos muchos muchos años hasta que alguien nos diagnostica.
No sé si hay poca información o formación, o disposición a escuchar, sobre todo ante el tema del dolor que está normalizado: el dolor menstrual, cualquier dolor de la mujer pero bueno, el dolor menstrual específicamente…
En 2013 la diferencia fue que me hice una ecografía de rutina y aparecieron quistes, compatibles con endometriomas, quistes bastante grandes. Fue bastante loco porque para mí que casi de un año al otro me aparecieron ahí… Es interesante o curioso para pensar cómo se mueve la endo, no es que de repente la tenés y está en el mismo lugar…
En ese momento me operaron porque un quiste era bastante grande y lo tenía en ovario: corría riesgo de una torsión de ovario y también de una peritonitis si el quiste se estallaba. Me operé en IADT con un cirujano piola y cuidadoso.
Algo que pensé unos años después es que tenía muy poca información en ese momento.
La verdad es que un cirujano puede ver cosas por ecografías pero hasta que no abre no sabe con qué se va a encontrar. Tiempo después me di cuenta de que los médicos me tendrían que haber informado… hoy en día si me tengo que operar, le diría al cirujano: “si te encontrás con lo que te encontrás, no toques nada, me saques ningún órgano, yo voy a decidir después lo que quiero hacer”. Porque sino en ese momento queda a criterio del cirujano, muchas veces tienen buen criterio, pero tal vez ellos deciden “esto hay que cortarlo” y tal vez yo tengo otro criterio, lo puedo querer trabajar desde otras terapias, otras aproximaciones, y si veo que no avanza… Haré una evaluación de costo beneficio del nivel de riesgo que corro… Si él abría y se encontraba con un tumor maligno, o algo que parecía un tumor, por ahí dice “corto” o “te saco un ovario” y por ahí yo prefiero que me saques una muestra, la analizamos, y después podemos decidir.
Hay un montón de información que una como paciente no tiene y puede terminar en que te saquen un órgano cuando vos querías seguir con otro tipo de tratamientos o aproximaciones, que sabemos que existen un montón… Y después se toman como casos milagrosos, que de milagrosos no tienen nada, simplemente son abordajes mucho más profundos que agarrar un bisturí y cortar algo. Por suerte él a mí me trató de tocar lo menos posible los ovarios.
Endometriosis y anticonceptivos
¿A cuántas personas que conocés le dieron anticonceptivos para “tratar” la endometriosis? ¿Es un camino eficaz?
Daniela D. cuenta: “Me operé y obviamente después de eso el disquito rayado de todos mis terapeutas en ese momento era: ¡¡¡anticonceptivos!!! para mantener frenado el avance de los focos. Yo había tomado ACO de los 20 a los 27 y cuando me operé tenia 29. Medio por inercia dije “ok” a regañadientes: yo ya venía con la sensación de que no me cabían ni un poco los ACO, tenía muchísima menos información que ahora. Los tomé cinco meses, me hice el control, tenía otra vez focos en ovarios y dije: listo, esto no sirve. Hace un par de años había recuperado mi ciclo menstrual y toda la sabiduría del mismo, sobre todo en términos de deseo sexual y estaba muy maravillada con la sabiduría del cuerpo. Los dejé y empecé a hacer homeopatía y acupuntura.
Con un par de años de homeopatía los quistes se redujeron… Después hubo un lapso personal en el que me costó darle continuidad al tratamiento. Siempre seguí buscando, hacía rato que venía con temas de cambiar la alimentación. Desde un punto de vista ecológico y de cuidar la salud de forma natural.
Hice de todo: homeopatía, acupuntura, terapia menstrual, empecé meditación hace un tiempo… Empecé a investigar sobre ginecología natural, me flashó un montón, de hecho a través de Sofía Mujer Pulpo, di con el libro de Lara Briden “Period repair manual”, es un gol, espectacular, es muy didáctico, está muy bien explicado desde el punto de vista médico un montón de cuestiones, y de hecho, ella es naturópata. Todo el abordaje es desde la naturopatía excepto alguna situación muy aguda, ella milita en contra de los ACO y todo el daño que hacen al cuerpo.
De allí tomé alguna data para suplementar algunos minerales que en general siempre están en déficit por la alimentación y porque la comida ya no es tan nutritiva como antes, porque los suelos están agotados de nutrientes. Siguiendo por ahí estoy tomando zinc y magnesio, y tomando cúrcuma, que específicamente para la endometriosis hay estudios que dicen que disminuye la angiogénesis: la capacidad de un tumor de generar sus propios vasos sanguíneos, que son los que lo mantienen con vida… Estoy hace unos meses con eso, veré si tuvo efecto, de todas formas la cúrcuma es antiinflamatoria así que es muy buena para los posibles dolores. Otra cosa antiinflamatoria que me dieron hace muchos años desde la ayurveda es el aceite de onagra, muy bueno para el dolor en la endometriosis, yo se lo recomiendo a cualquier mujer que tenga dolor más allá de que tenga endo o no.
Todo este tiempo los quistes se mantuvieron estables, en una época se achicaron un poco. Siento que me estoy acercando cada vez más a las cosas que me hacen bien y pueden tener un resultado, si bien la endo no tiene cura conocida por ahora”