Los cuerpos de las personas con capacidad de menstruar tienen una ciclicidad natural que actualmente se ve alterada por muchos factores. Uno de los más importantes son los anticonceptivos hormonales que vuelven a la mayor parte de los ciclos anovulatorios.
Entonces lo que nos preguntamos es… ¿qué sabemos de esos métodos? ¿Cuánta gente los usa? ¿ Cómo llegamos a elegirlos? ¿Cuánto alteran nuestra salud físico-emocional?
Ya sea por prevenir embarazos o por tratar alguna patología relacionada a lo hormonal, o incluso por algún ataque de acné, los anticonceptivos son moneda corriente en la vida de cualquier persona con capacidad de gestar.
Solemos comenzar a considerarlos a partir de las primeras relaciones sexuales o por recomendación de alguien; y muchas veces terminamos decidiendo alterar el ciclo menstrual-ovulatorio sin demasiada infrormación de lo que eso significa. Podemos pasar años tomando anticonceptivos sin saber que estamos bajo un tratamiento farmacológico, recibiendo hormonas diariamente de forma incuestionable y totalmente normalizada.
Sin embargo, en cuanto nos hacemos alguna pregunta, empiezan las dudas.
¿Será que mis cambios de humor se relacionan con las pastillas? ¿Se relacionarán estos dolores menstruales intensos con el DIU? ¿Registro una mayor sequedad vaginal ahora que uso el parche? ¿Y por qué me bajó tanto la líbido?
Esto es lo que desde Matriar se está intentando reflejar en el primer relevamiento de la experiencia anticonceptiva en Argentina. Desde el 15 de marzo hasta el 15 de mayo está corriendo esta encuesta por redes sociales y entre contactos de Whatsapp donde se busca conseguir un mapa general de qué anticonceptivos utilizamos, desde cuándo, cómo llegamos a ellos y cómo nos están haciendo sentir..
¿El objetivo? Entender dónde estamos paradxs cuando hablamos de anticoncepción, consentimiento y experiencia gineco-obstétrica. Queremos saber cuánto nos informamos antes de comenzar a consumirlos, cómo nos hacen sentir y cuál fue la experiencia en el consultorio.
Entendemos que estos puntos tienen base en la falta de educación que tenemos sobre nuestro cuerpo y sus funciones hormonales, como también en la falta de información sobre qué demandar al sistema médico… Creemos que ya es hora de escuchar lo que los cuerpos sometidos a estos tratamientos tienen para compartir e intentar mejorar y aprender sobre estos métodos.
Te invitamos a compartir esta iniciativa de Matriar, para conocer y demandar mejores condiciones anticonceptivas y pensar hasta dónde queremos entregar nuestra ciclicidad a la industria farmacológica. El punto de partida es escuchar lo que tenemos para contar.
¡Tu experiencia importa!