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No conocer la causa ni la cura de la endometriosis, en esta sociedad, es ya negligente y poco científico. Aún no se sabe por qué ocurren exactamente esos procesos, porque al ser una patología “de mujeres” (no), no se investiga. No se destinan fondos de investigación proporcionales ni de lejos a su elevada prevalencia o equivalentes a los de otras patologías como la diabetes. (Irene Aterido, Tribuna feminista en este excelente artículo que invitamos a leer)

Mañana es el Día Mundial de la Higiene Menstrual, queremos reemplazar higiene por salud y justicia. En este especial, hablamos de cómo menstrúa 1 de cada 10 personas, para difundir TRES relaciones con el tema. Aunque vos no tengas endometriosis, podés aportar a mejorar la calidad de vida de otras personas si estás más informadx y atentx.

Endometriosis influida por la nutrición y productos de uso diario:

Lucila es médica especialista en nutrición, y cuando le diagnosticaron endometriosis en el 2012, ella misma no sabía que la alimentación podía ayudar al tratamiento de la enfermedad. En su propia formación científica no había recibido material sobre este vínculo, y se puso a buscar por su cuenta. Probó una dieta específica y tras 9 meses, comprobó en ecografías que el endometrioma no había crecido más, y ya no siente dolores en su menstruación. 

Te contamos algunas de las claves que comparte Lucila a sus consultantes:

“Aunque la causa de la endometriosis no se sabe, sí sabemos que depende de altos niveles de estrógenos y de tener el sistema inmunológico debilitado. Algunas cosas que aumentan aún más nuestros niveles de estrógeno:

  • Consumir alimentos que traen estrógenos: pollo, carne, tal como se crían en Argentina, está permitido darles hormonas.
  • Incorporar disruptores endócrinos, sustancias químicas que inhiben o bloquean nuestras estrógenos, o las imitan y funcionan aumentando su actividad en nuestro cuerpo. ¿Dónde incorporamos disruptores endócrinos?
    • Al comer fruta y verdura rociada con pesticidas. 
    • Al usar mal nuestros elementos de plástico, poniendo alimentos calientes directo de una olla a un tupper. 
    • Al utilizar champúes, cremas y otros productos que ponemos en nuestro cuerpo y ambiente que tienen químicos disruptores.
      En esta ONG podés encontrar cómo diferenciar marcas y productos.

Algunas cosas que perjudican al sistema inmunológico dado que aumentan la inflamación: comer alimentos empaquetados, consumir lácteos y harinas”.

Mirá el video completo de la entrevista hecha por @vivalacopita a la Dra. Lucila de @nutricionyfertilidad, médica especialista en nutrición, aquí.


Endometriosis y consentimiento informado

La historia de Daniela D. frente al consentimiento informado:

“Yo tengo endometriosis andá a saber desde cuándo, pero diagnosticada recién en 2013. Sospechaba que tenía endometriosis porque tenía a veces, no siempre, episodios de un dolor muy intenso… Sospechaba esto pero como todas las mujeres con endometriosis tenemos muchos muchos años hasta que alguien nos diagnostica. 

No sé si hay poca información o formación, o disposición a escuchar, sobre todo ante el tema del dolor que está normalizado: el dolor menstrual, cualquier dolor de la mujer pero bueno, el dolor menstrual específicamente… 

En 2013 la diferencia fue que me hice una ecografía de rutina y aparecieron quistes, compatibles con endometriomas, quistes bastante grandes. Fue bastante loco porque para mí que casi de un año al otro me aparecieron ahí… Es interesante o curioso para pensar cómo se mueve la endo, no es que de repente la tenés y está en el mismo lugar…

En ese momento me operaron porque un quiste era bastante grande y lo tenía en ovario: corría riesgo de una torsión de ovario y también de una peritonitis si el quiste se estallaba. Me operé en IADT con un cirujano piola y cuidadoso. 

Algo que pensé unos años después es que tenía muy poca información en ese momento.

La verdad es que un cirujano puede ver cosas por ecografías pero hasta que no abre no sabe con qué se va a encontrar. Tiempo después me di cuenta de que los médicos me tendrían que haber informado… hoy en día si me tengo que operar, le diría al cirujano: “si te encontrás con lo que te encontrás, no toques nada, me saques ningún órgano, yo voy a decidir después lo que quiero hacer”. Porque sino en ese momento queda a criterio del cirujano, muchas veces tienen buen criterio, pero tal vez ellos deciden “esto hay que cortarlo” y tal vez yo tengo otro criterio, lo puedo querer trabajar desde otras terapias, otras aproximaciones, y si veo que no avanza… Haré una evaluación de costo beneficio del nivel de riesgo que corro… Si él abría y se encontraba con un tumor maligno, o algo que parecía un tumor, por ahí dice “corto” o “te saco un ovario” y por ahí yo prefiero que me saques una muestra, la analizamos, y después podemos decidir.

Hay un montón de información que una como paciente no tiene y puede terminar en que te saquen un órgano cuando vos querías seguir con otro tipo de tratamientos o aproximaciones, que sabemos que existen un montón… Y después se toman como casos milagrosos, que de milagrosos no tienen nada, simplemente son abordajes mucho más profundos que agarrar un bisturí y cortar algo. Por suerte él a mí me trató de tocar lo menos posible los ovarios.


Endometriosis y anticonceptivos

¿A cuántas personas que conocés le dieron anticonceptivos para “tratar” la endometriosis? ¿Es un camino eficaz?

Daniela D. cuenta: “Me operé y obviamente después de eso el disquito rayado de todos mis terapeutas en ese momento era: ¡¡¡anticonceptivos!!! para mantener frenado el avance de los focos. Yo había tomado ACO de los 20 a los 27 y cuando me operé tenia 29. Medio por inercia dije “ok” a regañadientes: yo ya venía con la sensación de que no me cabían ni un poco los ACO, tenía muchísima menos información que ahora. Los tomé cinco meses, me hice el control, tenía otra vez focos en ovarios y dije: listo, esto no sirve. Hace un par de años había recuperado mi ciclo menstrual y toda la sabiduría del mismo, sobre todo en términos de deseo sexual y estaba muy maravillada con la sabiduría del cuerpo. Los dejé y empecé a hacer homeopatía y acupuntura.

Dani D. recorrió y pensó un montón a partir de la endometriosis

Con un par de años de homeopatía los quistes se redujeron… Después hubo un lapso personal en el que me costó darle continuidad al tratamiento. Siempre seguí buscando, hacía rato que venía con temas de cambiar la alimentación. Desde un punto de vista ecológico y de cuidar la salud de forma natural.

Hice de todo: homeopatía, acupuntura, terapia menstrual, empecé meditación hace un tiempo… Empecé a investigar sobre ginecología natural, me flashó un montón, de hecho a través de Sofía Mujer Pulpo, di con el libro de Lara Briden “Period repair manual”, es un gol, espectacular, es muy didáctico, está muy bien explicado desde el punto de vista médico un montón de cuestiones, y de hecho, ella es naturópata. Todo el abordaje es desde la naturopatía excepto alguna situación muy aguda, ella milita en contra de los ACO y todo el daño que hacen al cuerpo.

De allí tomé alguna data para suplementar algunos minerales que en general siempre están en déficit por la alimentación y porque la comida ya no es tan nutritiva como antes, porque los suelos están agotados de nutrientes. Siguiendo por ahí estoy tomando zinc y magnesio, y tomando cúrcuma, que específicamente para la endometriosis hay estudios que dicen que disminuye la angiogénesis: la capacidad de un tumor de generar sus propios vasos sanguíneos, que son los que lo mantienen con vida… Estoy hace unos meses con eso, veré si tuvo efecto, de todas formas la cúrcuma es antiinflamatoria así que es muy buena para los posibles dolores. Otra cosa antiinflamatoria que me dieron hace muchos años desde la ayurveda es el aceite de onagra, muy bueno para el dolor en la endometriosis, yo se lo recomiendo a cualquier mujer que tenga dolor más allá de que tenga endo o no. 

Todo este tiempo los quistes se mantuvieron estables, en una época se achicaron un poco. Siento que me estoy acercando cada vez más a las cosas que me hacen bien y pueden tener un resultado, si bien la endo no tiene cura conocida por ahora”

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Nunca nos vimos tanto http://lunarcomunidad.com/nunca-nos-vimos-tanto/ http://lunarcomunidad.com/nunca-nos-vimos-tanto/#respond Tue, 05 May 2020 22:30:49 +0000 http://lunarcomunidad.com/?p=928 “Fabriqué esta especie de espejito retrovisor para que se pongan cuando termine la cuarentena, así me puedo seguir viendo en un cuadradito cuando charlamos. No quiero perder la costumbre…” Ya sabemos que la pandemia mundial y las imposiciones locales de aislamiento cambiaron obligatoriamente muchos hábitos. También nos condujeron a depender casi totalmente de la virtualidad […]

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Fabriqué esta especie de espejito retrovisor para que se pongan cuando termine la cuarentena, así me puedo seguir viendo en un cuadradito cuando charlamos. No quiero perder la costumbre…

Ya sabemos que la pandemia mundial y las imposiciones locales de aislamiento cambiaron obligatoriamente muchos hábitos. También nos condujeron a depender casi totalmente de la virtualidad para lograr algún tipo de contacto humano y vincular, a escalas desconocidas, incluso para los más habituados a esas tecnologías.

Es cierto que ni las videollamadas, ni Instagram, ni TikTok, ni el sexting son nuevos. Sin embargo, en esta frecuencia de uso, y en esta impuesta exclusividad… nunca antes. ¿No son nuevos para muchos de sus usuarios? ¿No están sucediendo allí eventos que no tenían lugar en esos espacios?

Sobre las actuales frecuencias de éstas dinámicas virtuales, existe un efecto colateral común y oculto: mientras que fundamentalmente las usamos para expresarnos y entrar en contacto con otres, sin querer o queriendo, nos obligan a contactar con nuestra propia imagen con una intensidad que también puede ser novedosa. 

Las reuniones en Zoom, las clases virtuales, sesiones de terapia online (y la larga lista de etcéteras) reflejan a nuestros interlocutores en pantalla, pero en simultáneo, también nos devuelven una imagen, en principio no buscada, de nosotres mismes. Entre las dos o múltiples ventanitas, una tiene nuestra cara. Puede que más chiquita o secundaria, pero ahí anda. 

@losmemesdepsico

Por otra parte, la hiperactividad en los feeds e historias de redes sociales como únicas vías de salida al mundo, reclaman cada vez más creatividad en la producción de contenidos. Nos vemos forzades a buscar modos superadores o más llamativos de exhibir los cuerpos y las prácticas que conforman nuestras identidades. 

Los encuentros de sexting, también han ocurrido en este marco por primera vez para muches, y las preguntas sobre cómo y qué mostrar, los recaudos y las prevenciones, han ocupado la agenda de las cuentas de divulgación vinculadas a la sexualidad. Y así, sumamos una modalidad más de exposición de los cuerpos, encima atravesada por exigencias de sensualidad normadas y por los polémicos parámetros de lo deseable de la megapatriarcal industria pornográfica.

En los movimientos del mundo tal como lo conocíamos, las alternativas para vincularnos eran múltiples, el tiempo para hacer y rehacer la historia de Instagram no era eterno, la sexualidad no estaba limitada a los contornos estáticos de las nudes, y el espejo de casa no se presentaba 24×7 disponible.

Además, en los encuentros tet a tet –de esos que extrañamos- no nos veíamos las propias caras como en la ventanita de Zoom, ni teníamos la posibilidad de prestarnos atención a nuestros propios gestos y expresiones espontáneas, mucho menos para juzgar cuáles nos quedan mejor que otros. 

Por poner un ejemplo autorreferencial y random: accedí a tener videollamadas en piyamas, pues siempre #cashualyrelajada, y qué me importa. Sin embargo, en el transcurso de la conversación me encontré prestándole más atención a mí propio reflejo que al de mis interlocutores. También me arrepentí del atuendo. Me sentí doblemente extraña en la actitud: ni me representa(ría) en el mundo exterior ni hubiera podido suceder en un encuentro real, aún si la hubiera deseado.

Hace rato que coexistimos en identidades digitales en constante expansión, que pueden o no coincidir con las expresiones de nuestras prácticas identitarias más “terrenales”. Lo paradójico es que hoy, mientras nuestros yo-digitalizados avanzan y crecen aún a mayores velocidades, los cuerpos físicos están encerrados y suspendidos. 

El mundo confinado y la experiencia vital entre cuatro paredes, obturan también la posibilidad de obtener atención espontánea: de generar algo en une otre -sea por admiración e incluso por rechazo- a partir de la simple presencia. No existe cruzar miradas en el bondi. Esa ausencia de interacción y de exterioridad material, achica la experiencia y la dimensión de la mismísima existencia, mientras que pone en evidencia el deseo insatisfecho de ser mirados, reconocidos, apreciados. Sin otras variantes, la identidad digital puede terminar compensando esa falta, inflamándose, expandiéndose, y devorándose expresiones de las demás formas identitarias que solemos habitar.

Este panorama excepcional en millones de sentidos, también pueden ser revelador y crítico en torno a la autoimagen y al autoestima sobre la propia corporalidad. Verdaderamente, nunca antes nos vimos tanto. No en un sentido de introspección ni existencial (que ojalá también) si no en uno completamente literal. Ni aún para les más coquetxs, centennials, e “influencers”, nuestra imagen nos estuvo jamás tan pero tan obligatoriamente disponible.

Lo curioso y alarmante de este fenómeno, es que ocurre mientras simultáneamente las redes se plagan de exigencias e imperativos de felicidad, muchos de ellos vinculados a lo fit, lo health, y lo green; de chistes sobre comer de más en cuarentena, que hacen trampolín directo en patrones gordofóbicos; y en una explosión de recomendaciones sobre actividad física, cuidados de la piel, y alimentación pretendidamente saludable. 

Y sí. Todo ya existía, pero ahora existe en exclusiva. 

En esa sinergia un tanto perversa se vuelve válido repreguntar: ¿qué queremos mostrar en las exposiciones virtuales que nos permiten la ansiada exterioridad? ¿Cuánto verdaderamente estamos conectando con les otres, y de qué maneras queremos hacerlo? ¿Cómo nos atraviesan los ya conocidos mandatos de bienestar, de belleza y de normatividades múltiples en la autocrítica de ésta nueva propia-imagen hogareña, digital y confinada?

¿Cuán reales estamos siendo en estas modalidades de vínculos con espejito retrovisor

La cuestión es tan fresca, tan reciente y tan inacabada, que no es posible ni soñar con elaborar conclusiones al respecto. La invitación se reduce a chusmear una derivación dentro del desconcertante escenario mundial. Para que, al menos, no seamos de a uno y seamos de a varies los que estamos en ésta.

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Ciclo de semillas http://lunarcomunidad.com/ciclo-de-semillas/ http://lunarcomunidad.com/ciclo-de-semillas/#comments Mon, 13 Apr 2020 23:46:18 +0000 http://lunarcomunidad.com/?p=901 Nutrición rítmica para apoyar cada fase del ciclo menstrual El seed cycling es una herramienta de la medicina naturópata. Las semillas, fuente importante de vitaminas y minerales, están elegidas específicamente por apoyar o mejorar la producción hormonal de cada fase del ciclo. Éste método es recomendado por muchas autoras del ámbito de la ginecología autogestiva. […]

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Nutrición rítmica para apoyar cada fase del ciclo menstrual

El seed cycling es una herramienta de la medicina naturópata. Las semillas, fuente importante de vitaminas y minerales, están elegidas específicamente por apoyar o mejorar la producción hormonal de cada fase del ciclo.

Éste método es recomendado por muchas autoras del ámbito de la ginecología autogestiva. Pero también hay algunas médicas que respaldan su eficacia abiertamente.
La Dra. Jolene Brighten dice: “recomiendo el ciclo de semillas para el balance hormonal tanto en mi práctica clínica como en mi libro, Beyond the Pill, porque lo considero un método eficaz y amable de apoyar las hormonas femeninas.
Para elaborar este artículo hemos consultado y citado contenidos de la Dra. Brighten, Dra. Amy Neuzil, y recomendaciones del blog Nación Ovulación,Uvia, y los blogs citados debajo.

En la fase folicular (menstrual y pre-ovulatoria)

 Comer una cucharada de semillas de lino y una cucharada de semillas de calabaza diario durante las primeras dos semanas de tu ciclo, fase folicular. En la app LUNAR podrás hacer el seguimiento para aproximar la duración de estas dos fases. La menstrual es observable a simple vista, pero la pre-ovulatoria tiende a volverse imperceptible si nos desconcentramos del ciclo.

En la fase lútea (apenas ocurrida la ovulación y pre-menstrual)

 Comer una cucharada de semillas de girasol y una cucharada de sésamo diario durante las últimas dos semanas de tu ciclo, que es la fase lútea.
En la app LUNAR podrás hacer el seguimiento para aproximar la duración de estas dos fases. Si detectás la ovulación por métodos de percepción, apenas pase rotá a esta segunda tanda de semillas. Si no tenés idea cuando ovulás, hacé la rotación cuando estés al final de tu fase fértil indicada en el calendario de LUNAR.

Fundamentación

Es difícil encontrar fundamentación científica de esta técnica, principalmente, porque no hay comercialización en juego, y es poco frecuente que se hagan investigaciones que no ofrezcan retorno de la inversión, si no tratan asuntos de vida o muerte.

Pero el respaldo actual sobre las propiedades nutricionales de cada semilla y sus beneficios a la salud hormonal, son algunas de éstas. Citamos las fuente bibliográficas de cada contenido.

Semillas para la fase folicular:
Las semillas de lino contienen lignanos en alta concentración. Los lignanos tienen incidencia en la producción de estrógeno: modulan la producción de estradiol e inciden en el metabolismo del estradiol, haciendo que se produzca más de un metabolito “bueno” (2-hydroxy-estrona) en vez de uno más dañino (16-hydroxy-estrona). También hay investigaciones que muestran que los lignanos del lino interactúan con la microbiota intestinal para dar efectos protectores contra el cáncer de mama.

La calabaza apoya nuestra producción de niveles saludables de testosterona. También son ricas en antioxidants, que protegen ovarios, óvulos y sistema reproductivo en general. Las semillas de calabaza son fuente de triptófano, que el cuerpo usa para crear serotonina y melanina. Un estudio publicado en 2005 en Nutritional Neuroscience concluía que el consumo de semillas ricas en triptófano junto con un carbohidrato daba buenos resultados contra el insomnio, tanto como un tratamiento farmacológico. Y el impacto de una rutina saludable de descanso en nuestra salud hormonal es clave.

Semillas para la fase lútea:
El sésamo tiene zinc y el girasol, vitamina E, ambos relacionados a la producción de progesterona. Ambas aportan omega 6 y el sésamo suma selenio, ayudantes de la función hepática. El hígado previene que tengamos demasiadas hormonas ya que se dedica a desarmar y excretar las sustancias en exceso. Es importante lograr niveles saludables de progesterona para la salud reproductiva. Los omega 6s reducen la inflamación que se asocia al síndrome pre-menstrual.
Y en más beneficios premenstruales, el girasol es una fuente de calcio y magnesio, dos minerales que se han demostrado beneficiosos contra síntomas del síndrome pre-menstrual

Otros artículos que hablan de ésto:

Incluimos material en inglés y español, algunos que hablan a favor de la técnica y amplian sus detalles, y algunos que la consideran incomprobable.

Ciclo de semillas explicado según Nación ovulación

Una mirada escéptica y en inglés, en Clue

El Seed cycling explicado en Vulva Sapiens

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El pantano luminoso http://lunarcomunidad.com/el-pantano-luminoso/ http://lunarcomunidad.com/el-pantano-luminoso/#comments Sat, 11 Apr 2020 22:34:50 +0000 http://lunarcomunidad.com/?p=893 Experiencia en la rueda de plantas, por Natalia Redín De cómo fue caminar durante un mes en compañía de la Diosa subterránea En el inicio de una rueda de plantas nos recibió la Yerba de Pollo, yo nunca la había tomado, la conocía de mis formaciones y enseguida sentí entusiasmo, porque había leído que se […]

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Experiencia en la rueda de plantas, por Natalia Redín

De cómo fue caminar durante un mes en compañía de la Diosa subterránea

En el inicio de una rueda de plantas nos recibió la Yerba de Pollo, yo nunca la había tomado, la conocía de mis formaciones y enseguida sentí entusiasmo, porque había leído que se utilizaba para el sistema digestivo, en especial para limpiar los intestinos.

Las comunidades comechingonas caracterizan a esta hierba como sosa, es decir que se usa para balancear mezclas, si la tomamos sola ordena nuestra energía (cuando los síntomas no están claros o son muchos) y no tienen contraindicaciones. En medicina popular se utiliza para tratar empachos en les niñes, ya que tiene actividad digestiva, laxante, depurativa y diurética. Cura malas digestiones y las fermentaciones pútridas por exceso de alimentación. También se la emplea para tratar enfermedades de la piel, desde dermatitis hasta irritaciones y eczemas.

Esta plantita es oriunda de América del Sur, la encontramos en Bolivia, Paraguay, Brasil, Uruguay y Argentina. Su contexto natural son regiones cálidas y templadas. Es una hierba rastrera perenne, presenta raíz gruesa y florece entre el verano y el otoño. Lleva el nombre popular de “yerba de pollo” porque éstos animales se rascan en ella (tiene partes pinchudas) y al ser rastrera, hace una especie de colchón sobre el suelo.

Comencé la toma y mi primer impresión fue familiar, había algo en su sabor muy suave y conocido pero no podía descubrir qué era, hasta que una amiga en el trabajo la quiso probar y me dijo que tenía gusto a acelga, ¡sí! era eso. Su sabor es súper amable y la podía incorporar sin resistencia, era como tomar agüita de acelga recién hervida.

A diferencia de otras plantas, con la yerba de pollo, hubo un registro más rápido a nivel emocional, es decir que fue casi a la semana de incorporarla, que comencé a sentir cambios en mi estado de ánimo.

Observe que estaba muy sensible, lloraba sin entender porque, tenía el deseo de escuchar folclore, pero cuando lo hacía me desbordaba la melancolía; si me contaban acerca de algún dolor o enfermedad me costaba empatizar y puntualmente escuchar a Mercedes Sosa me atravesaba el pecho, como si una fibra muy íntima y oculta hubiese salido a la superficie y estuviera en contacto con el ruido, el sol, el agua, el viento o el calor.

Entré en un estado en el que se me dificultaba permanecer, porque me incomodaba estar “triste o deprimida”. Lo conté en el grupo de whatsapp que teníamos para acompañar la rueda, y mi profe me compartió una especie de oración que podía pedirle a la planta (obvio que llore cuando la leí), en esta oración yo le decía algo así como: “yerbita de pollo dame valor para atravesar y soltar todo que lo que se tenga que mover, con tu luminosidad”.

Mi cuerpo comenzó a rechazar algunos alimentos, empecé a comer menos y a escuchar lo que realmente necesitaba para alimentarme. Y en ese proceso de escuchar-me permití soltar la exigencia y suspendí la toma por tres días.  El movimiento emocional que estaba viviendo, era muy profundo y la planta me mostraba: incomodidad, ansiedad, melancolía, orgullo, exigencia, permanencia y miedo

Un buen día apareció una presión en el pecho, sentía que el aire que respiraba no era suficiente, había una presencia real, como una especia de “dureza-callo”, entonces me enojé con la Yerba de Pollo y dije en voz alta: “¡esta planta no la tomo nunca más! mirá como estoy, no tengo energía, no tengo voluntad, estoy re tirada, triste….” y así continúe enumerando todo lo malo que estaba haciendo la planta en mí.

Sentía la ansiedad en el cuerpo, que traducida en palabras me decía: “que este proceso se termine, ya fue suficiente, no quiero estar más triste, quiero volver a mi estado anterior”. Fueron días difíciles, me apoyé en los humos medicinales del romero y la lavanda y también en la escucha de mi hermano que vino al rescate un domingo de lluvia.

sahumo, por @jade.terapias
sahumo, foto por Mati Redin

Decidí volver a tomarla sabiendo todo ese enojo hacia la planta tenía que ver con la resistencia a aceptar el movimiento emocional que estaba viviendo. Permanecer en la tristeza, melancolía y desgano se me estaba haciendo dificilísimo, pero más complejo era si no lo aceptaba, entonces decidí continuar el proceso por una semana más.

Al finalizar el tránsito (llegando a cumplir el mes de rueda) pude ver-sentir un mensaje muy valioso: aquello que se aloja en el pantano, en lo subterráneo, a veces nos comanda. Esa emocionalidad antigua que se agitó durante la toma respondía a experiencias y corazas viejas, que guardaban mis órganos (puntualmente lo sentía en la garganta y pecho). Este combo de emociones, que en su momento no se habían drenado, ya no me pertenecían.

Digo emocionalidad antigua y corazas viejas, porque con la toma de esta hierba salió a la superficie “lo familiar”. Un día, de pronto, recordé, que de niña, algunas noches me iba a dormir con un nudo en la garganta, ese nudo estaba cargado de enojo no expresado y angustia. Con ese recuerdo pude visibilizar cómo llevaba en el cuerpo un patrón silencioso, una emoción estancada.

Cuando tomamos plantas hay caídas de fichas que son difíciles de explicar, mas voy a intentarlo, escribiendo en un hilo de palabras lo que empezó a circular en mis pensamientos y emociones durante el proceso: ACELGA ­- COMIDA – NUTRICION – MADRE  – ABUELA – FOLCLORE – MERCEDES SOSA – BOMBO LEGUERO – GARGANTA. Todo ese universo se estaba moviendo y me di cuenta que me hablaba de un enojo profundo, de un no perdonar y de heridas de mi infancia, relacionadas al vínculo con mi mamá y al linaje femenino. Pude ver que ya no me pertenecían esas corazas que había construido de niña, y al día de hoy sigo trabajando para honrarlas y despedirlas con amor.

Esta planta limpia los intestinos, que son los encargados de absorber y liberar. Se asocia, entonces, a: discernir, discriminar entre lo que me nutre y lo que no, soltar, acumular, etc. Aprendí que en las sombras hay mucha información, que permitirnos la incomodidad es aceptar una llave que abre caminos y que es liberador hacer espacio para que lo nuevo aparezca. Toda la emocionalidad que moví de la mano de la yerba de pollo estaba estancada en mi cuerpo, de manera silenciosa y latente.

Intestino delgado y grueso son órganos de despedida y muerte de un proceso que comienza en la boca. El alimento que nos nutre se haya en el exterior con colores vivos, aromas que nos convocan y sabores que nos llenan de placer. Éste alimento ingresa a nuestro cuerpo para dar curso al proceso nutritivo en el que entran en juego la digestión, absorción y eliminación. Tres palabras claves para hacer analogía con movimientos de nuestro plano emocional, necesarios.

Conectar con lo oculto, oscuro, subterráneo y  pantanoso fue todo un desafío que me ayudó a agitar lo estancado. Intentando no ponerle tanta razón e intelecto al tránsito, podría resumirlo de esta forma: la yerba de pollo activó el movimiento que necesitaba, fue reflejo, guía y canal de despedida de viejos patrones.

Nati comparte saberes sobre plantas desde @jade.terapias

¡Bienvenido pantano! Bienvenida energía escorpiana de vida-muerte-vida, que nos enseña y espeja todo lo que hay que soltar, para dar nuevos nacimientos. Gracias Yerbita, no estoy enojada, más bien agradecida y maravillada del poder de movimiento que guarda tu espíritu.

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Lena Dunham: El poder sanador de las fantasías http://lunarcomunidad.com/lena-dunham-sobre-el-poder-sanador-de-las-fantasias/ http://lunarcomunidad.com/lena-dunham-sobre-el-poder-sanador-de-las-fantasias/#respond Wed, 01 Apr 2020 22:01:51 +0000 http://lunarcomunidad.com/?p=889 Escrito por Lena Dunham para “Lenny”. Traducido por Ania para Lunar APP Un terapeuta me dijo una vez que un sello distintivo del trauma es perder la capacidad de fantasear. El espacio donde había “posibilidad” se llena entonces con una realidad dolorosa y disruptiva. Me dijo que tras un abuso sexual –lo cual me ocurrió […]

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Escrito por Lena Dunham para “Lenny”. Traducido por Ania para Lunar APP

Un terapeuta me dijo una vez que un sello distintivo del trauma es perder la capacidad de fantasear. El espacio donde había “posibilidad” se llena entonces con una realidad dolorosa y disruptiva. Me dijo que tras un abuso sexual –lo cual me ocurrió en los inicios de mi vida sexual- la percepción de uno mismo como un ser erótico, empequeñece y retrocede.
Y es cierto. Había tenido una adolescencia plena de sueños y deseos, sentada en mi cuarto escribiendo lo que llamaba “historias cortas” pero eran en realidad cuentos eróticos bastante lamentables. Sobre un leñador duro pero amable con un ojo de vidrio esperando ser tocado por alguien que lo comprendiera. Sobre dos adolescentes escapándose por la campiña italiana (uno rico, uno pobre), haciendo paradas en gasolineras para asaltarlas y meterse en sus baños a coger.
Pero después de sufrir una violación, todo lo que podía imaginar cuando pensaba en sexo era en no ser lastimada, o en momentos de mucho autodesprecio, en ser muy lastimada. Eso era todo lo que había.

Lena Dunham, escritora, actriz, directora

Y no volví a tener fantasías desde entonces. Me volví una gran performer: con la espalda curvada, moviendo mi melena, asumiendo actitudes que me parecían deseables por un compañero consumidor de porno o de cine de autor. Me volví muy hábil para hacer gemidos pequeños y sin sentido, que hacían que mis compañeros creyeran que estaba teniendo ideas picantes. Aunque en otras áreas de mi vida me sentía casi saturada de la cantidad de ideas que me surgían, en el sexo no: siempre estaba en blanco y necesitada.
(…)

A los 22 proyecté una actualización casi caricaturesca de mi identidad. “Hola, soy Lena. Me gustan los chistes incómodos, las argollas doradas y los vestidos para abuelas. Tengo los modales de un comediante de stand-up de los ochenta y el corazón de Annie Potts en Dangerous Minds. Por favor ámenme
La agresiva totalidad de mi imagen agotaba a algunos chicos, los hacía reír y empujarme un poco diciendo “Vos, rarita”. A veces también los hacía besarme en un baño sólo para ver qué hacía yo, hasta dónde llegaba mi actitud rockera, y así fue como terminé de gira por la autopista West Side con un hermoso clon de James Dean. (…) Llegamos a la casa de mis papás, me tiró en la cama y me dio una cachetadita en la cola. Me saqué los shorts y me puse boca abajo. Pero entonces él se acostó al lado mío, respirando despacio, me besó con ternura y me miró. Y yo me congelé.
“Hola,” murmuré. “Hola”, me sonrió, y dijo: “Contame tus fantasías”
El pánico que sentí fue similar al de ser interrogada sobre mi ubicación exacta en el momento de un crimen, sabiendo que no tenía coartada. Me puse roja, me sentía transpirar a través del vestidito de poliéster. Me lo saqué rápido, y esperé que mi desnudez sorpresiva lo distrayera. No sucedió.
“Ehh… no sé…” tartamudeé “Que me… eh… ¿metas un dedo?”. Él empezó, silencioso y concentrado, a cumplir mis “deseos”. Yo me quería morir.

Supongo que la gente que ve mis trabajos en televisión se puede sorprender de leerme totalmente falta de imaginación sexual. O tal vez no, considerando que las escenas de sexo que escribí y actué no son muy extravagantes: no reinventan el sexo, más bien lo recrean, generalmente en sus versiones más mediocres. Son copias literales del entramado ridículo de la vida, u ocasionalmente, proyecciones añoradas por una mujer que sólo quiere sentir que merece tiempo y contacto. En estos últimos años empecé a preguntarme qué quiero realmente del sexo. Como un amnésico tratando de rejuntar mi vieja vida, miro aquellas fantasías que impulsaban mi lujuria adolescente y me pregunto qué quiero ahora, a los 30 años, si se me presentara alguien completamente nuevo que tenga cero relación con mi trauma. Hace poco le describí una fantasía a Jenni, que me conoce mucho y a muchos de mis conflictos: “Tengo una bikini blanca y estoy haciendole sexo oral a un hombre. Cuando termina, el tipo me mira muy sorprendido y dice: “Eso fue surreal. Sos única”. Ella me miró, compasiva, y me dijo: “Me parece un poco triste que tu fantasía se trate de impresionar a la otra persona, en lugar de al revés. ¿Y si fueras vos quien recibe un montón de placer?”

No tuve respuesta para eso. Es difícil saber cómo protegerse hoy en día siendo una mujer en Estados Unidos. Hay mucha confusión, muchas cosas fuera de control, como una juego de estrategia que se manipula desde algún búnker lejano. Hay demasiadas decisiones importantes sobre nuestra salud y seguridad en manos de hombres que no nos han visto y nunca nos verán, que ni siquiera quieren vernos. Nos juntamos a debatir sobre formas de entrar en acción, organizaciones a las cuales donar, marchas, hashtags y causas urgentes. Todo eso es importante, hermoso, es esencial y valiente.Pero ¿qué pasaría si agregamos un pequeño paso personal, algo que no ayuda inmediatamente a nadie más que a vos, pero que puede salvar nuestro mundo entero? Algo que cuente la historia mejor que las mismas palabras. ¿Qué pasaría si cada vez que tenés sexo en los próximos cuatro años, decís exactamente qué es lo que querés? ¿O movés tus manos o las suyas exactamente adonde las necesitás para satisfacerte? (…) ¿Qué pasa si no volvés a tener ese tipo de sexo en el que estás acostada simplemente esperando que se termine (y si nunca tuviste ese tipo de encuentro: ¡¡mis genuinas felicitaciones!!)? ¿Qué pasaría si siempre escuchas tu voz, reconocés tu voz, pedís más, y obtenés lo que querés, o inclusive, lo que no sabías que podés sentir?

Entonces, me vuelvo a preguntar. ¿Puedo separar la fantasía del trauma, es importante hacer esa distinción?
Porque tal vez me quiero vestir con lencería a lo Helmut Newton y tener sexo contra una pared blanca cerca de una planta colgante. Tal vez quiero hacerlo entre unos arbustos de noche cerca del Puente de Brooklyn, como la chica más cool de toda mi secundaria. Tal vez quiero que sea en una de esas escaleras externas de un edificio, un poco aterrada por si se cae y muero pero demasiado excitada como para que me importe. Tal vez quiero hacerlo con alquien en una máscara de ski que me diga “Estás segura en mis manos, pero no podés hablar”. Tal vez quiero estar congelada de frío y llorar.

No sé qué quiero todavía. En este área de la vida, no sé qué anhelo o que sería bueno para mí. Estoy tanteando en la oscuridad. Pero cuando lo encuentre, sabré que estoy curada.

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Anticonceptivos e infecciones de transmisión sexual (ITS) http://lunarcomunidad.com/anticonceptivos-e-infecciones-de-transmision-sexual-its/ http://lunarcomunidad.com/anticonceptivos-e-infecciones-de-transmision-sexual-its/#respond Fri, 20 Mar 2020 23:03:43 +0000 http://lunarcomunidad.com/?p=868 Parte I, por Carolina Zotta @vivalacopitaEste especial resume algunos datos de accesibilidad, mitos, pros y contras de dos métodos de protección sexual. La data también se muestra en la aplicación LUNAR, disponible para usuarias registradas. Caro @vivalacopita ACCESO: En Argentina todas las obras sociales, prepagas, empresas de medicina privada tienen que darnos métodos anticonceptivos GRATIS, […]

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Parte I, por Carolina Zotta @vivalacopita
Este especial resume algunos datos de accesibilidad, mitos, pros y contras de dos métodos de protección sexual. La data también se muestra en la aplicación LUNAR, disponible para usuarias registradas.

ACCESO:

En Argentina todas las obras sociales, prepagas, empresas de medicina privada tienen que darnos métodos anticonceptivos GRATIS, tengamos vulva o pene, de acuerdo con las leyes N° 23.660 y 23.661. Ésto incluye: preservativos, anticonceptivos inyectables, pastillas anticonceptivas, anticonceptivos para lactancia, anticoncepción hormonal de emergencia, dispositivos intrauterinos (DIU y SIU), implante subdérmico, ligadura de trompas y vasectomías. 

Y la ley 25.673 de salud reproductiva garantiza la cobertura total de preservativos en los ámbitos de salud públicos. 

Luneras de otros países: ¿saben cuál es la legislación vigente en su región? Recibir información y acceso a estas protecciones es parte de nuestros derechos humanos.

Preservativo

Único método que evita las infecciones de transmisión sexual además de prevenir embarazos no deseados pensado para su uso en penes. Falocentrismo ante todo. Ante la falta de opciones para el sexo entre vulvas, el preservativo se altera para que cumpla la función de un campo de látex, de por sí insuficiente para la prevención de ITS. 

MITOS: “No es cierto que si no hubo eyaculación, se puede volver a usar. No es cierto que usar dos preservativos al mismo tiempo aumenta su eficacia. No es cierto que si se eyacula afuera no hace falta usarlo. No es cierto que disminuye la sensibilidad. No es cierto que su uso es responsabilidad sólo del varón.” Fuente: Fundación Huésped

Anticonceptivos hormonales

Alrededor de 1950 y de forma fortuita, la industria farmacéutica llega a la combinación necesaria para lograr algo similar a la progesterona. Para 1960, la pastilla ya era un método comercializado, no tanto como anticonceptivo, sino como regulador del ciclo menstrual. 10 años después, se convierte en uno de los anticonceptivos más usados. Esto venía de la mano de la mujer independiente, trabajadora y con decisión sobre su vida que acompañó a los ’70 y ’80, en pleno avance feminista y de replanteo de los roles sociales asignados por el sistema. 

Actualmente  alrededor de 100 millones de cuerpos fértiles están en tratamiento con anticoncepción hormonal. El trabajo de la pastilla es liberar una cantidad de hormonas sintéticas que interrumpen la conexión entre el cerebro y los ovarios, inhibiendo la sincronía entre estrógenos y la progesterona que abren la puerta a la ovulación. A pesar de que están muy recomendadas en casos de Síndrome de Ovario Poliquístico y endometriosis, también se suelen recetar sin comunicar claramente que son un tratamiento y que pueden tener contraindicaciones y efectos secundarios. 

Por ejemplo, en muchos casos no se hace una evaluación de la condición física y de fumador de quién va a comenzar el tratamiento, lo cual es grave siendo que la pastilla anticonceptiva está contraindicada para quienes fuman. Con el tiempo se empezaron a estudiar y difundir algunos de  sus efectos adversos: baja de líbido, retención de líquidos, riesgos cardiovasculares y de trombosis. Muchos cambios de humor, incluso casos que rozan la depresión. 

Para conocer más, basta con leer el prospecto que traen las cajas de ACO (¡haganlo por favor!)

Sobre ellos, la Dra. C. Northrup dice: “No estoy totalmente convencida de que los beneficios superen los posibles riesgos para la salud,  pero muchas mujeres sí y es lo correcto para ellas y para el lugar que están en su vida. Sin embargo cuando la mujer toma hormonas de esta forma, pierde los mensajes que recibiría normalmente de su útero y ovarios”. 

Por último, les compartimos este fragmento de la serie Big Mouth.

¿Cuántos mitos, lugares comunes y datos útiles pueden encontrar acá? Nosotras contamos 15 😛

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Check-in / ENDOMETRIP 1 http://lunarcomunidad.com/endometrip1-check-in/ http://lunarcomunidad.com/endometrip1-check-in/#comments Mon, 02 Mar 2020 19:46:03 +0000 http://lunarcomunidad.com/?p=91 Hace quince años me diagnosticaron endometriosis. A partir de entonces, me transformé en pasajera en tránsito por este maravilloso y desconcertante camino. Check-In Con mi novio de esa época nunca nos habíamos ido de vacaciones juntos. Hacía varios años que salíamos pero, por motivos que prefiero no recordar, preferíamos viajar por separado. Como el timing […]

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Hace quince años me diagnosticaron endometriosis. A partir de entonces, me transformé en pasajera en tránsito por este maravilloso y desconcertante camino.

Check-In

Con mi novio de esa época nunca nos habíamos ido de vacaciones juntos. Hacía varios años que salíamos pero, por motivos que prefiero no recordar, preferíamos viajar por separado. Como el timing en nuestra relación nunca había sido un punto a destacar, no pudimos elegir mejor momento para irnos que durante mi tratamiento con inyecciones post-cirugía. Me operaron de endometriosis en agosto de 2003. Tenía 25 años y el abdomen colapsado.

Así fue que primero nos fuimos unos días con su familia a la costa Argentina y después, los dos solos, a visitar a una tía de él en el Sur. Los días de playa con la familia transcurrieron inestablemente en una hermosa casa en Cariló. Corría enero de 2004. Durante ese mes, me apliqué la sexta y última inyección. Más adelante, les contaré de estas “reconfortantes” vacaciones.

Antes, volvamos unos meses para atrás.

A los quince días de operada, el médico me citó en su consultorio para sacarme los puntos y así nomás, sin sacarina ni conservantes artificiales me dictó sentencia: “Tenés Endometriosis severa. No tiene cura. Vas a tener que empezar un tratamiento.”

Por supuesto, yo no sabía qué era la endometriosis ni con qué vino se podía maridar.

Mis alternativas eran tres: tomar anticonceptivos, hacer un tratamiento con otro tipo de pastillas, o las benditas y carísimas inyecciones compuestas de agonistas de la LHRH (otro día lo charlamos)

Mientras el médico hablaba yo pensaba en qué me iba a convertir para poder pagar el tratamiento. Para ser absolutamente franca, éste señor no me dio muchas opciones, todo era “patria o muerte”, es decir, o te ponés las inyecciones o volvés en unos meses a la mesa de operaciones.

Después de explicarme un par de cuestiones acerca del tratamiento, escribió una carta a la prepaga para que se apiadaran de mí y me cubrieran las inyecciones al cien por ciento. Todo ese derrotero de trámites me hizo envejecer diez años y desayunarme un café bien amargo: las prepagas no sabían en qué estatuto catalogar a la enfermedad y no se ponían de acuerdo en relación al porcentaje de la cobertura.

Por suerte o por desgracia, ya no vivíamos en el “reino” de la paridad peso-dólar. Obviamente, las inyecciones eran importadas.

En conclusión, mi madre me ayudó a pagar un tratamiento que en plena post-crisis del 2001 salió varios miles de pesos. Yo sentía culpa por hacerle pagar a mi madre ese dinero y ella me respondió que eso es lo que hacen las madres con los hijos. Años de terapia me llevó entender porqué me sentía culpable.

Antes de salir del consultorio, y de aclararme que podía volver a mi “vida normal”, el doctor pasó a detallarme una serie de efectos secundarios inherentes al tratamiento. A saber:

  • Sofocos
  • Pérdida del deseo sexual
  • Retención de líquidos
  • Dolor en los huesos
  • Debilidad generalizada
  • Sudoración excesiva
  • Depresión
  • Prohibición de ingerir bebidas alcohólicas
    (… que nadie me discuta que éste no es un efecto secundario)

Me habló de mil cosas más pero después de lo del alcohol apagué la tele y no lo escuché más.

¿Qué me quiso decir el médico con “vida normal”? Ni idea.

¿Padecí todos esos efectos secundarios? .

¿Lo pude compartir con alguien en ese momento? No.

¿Estaba experimentando los síntomas de una menopausia a los veintipico? (yo siempre fui una adelantada)

Ilustración de Judith Hilen

Durante ese viaje al Sur, encontré a una persona que desconocía que existía. Era yo a los 26 años en estado puro y sin la hermosa máscara que nos habilitan los estrógenos. Estaba más cruda que un pedazo de matambre recién cortado de la media res. Me habían escondido las caretas, no encontraba los filtros, era tan auténtica que daba miedo. No obstante, estaba en un cuerpo que no era el mío, me sudaba el bozo, me agitaba, dormía poco y decía cosas horribles. A mi jefe de ese entonces, por criticarme un café, le arrojé dos vasos de vidrio.

Lo que viene a partir de ahora, es un largo viaje que aún hoy continúa. Yo nunca desarmé las valijas, y menos, el día que me propuse que se conociera el padecimiento de miles de mujeres en el mundo.

Yo ya estoy lista para viajar otra vez, vamos a terminar el check-in, pasamos por migraciones y nos encontramos en la puerta de embarque.

Y ustedes, ¿están listxs para despegar?

Leé el segundo texto de la serie: Migraciones
Leé el tercer texto de la serie: Pre-embarque

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¿Hay algún humano en la sala? http://lunarcomunidad.com/hay-algun-humano-en-la-sala/ http://lunarcomunidad.com/hay-algun-humano-en-la-sala/#comments Tue, 14 Jan 2020 22:57:40 +0000 http://lunarcomunidad.com/?p=778 De cómo desarrollar una aplicación para informar sobre salud sexual básica, se convirtió en una lucha de hormiguitas intentando sobrevivir a Google. Soy Analía Fukelman, Lic. en Comunicación, y llevo adelante Lunar APP ama tu ritmo, aplicación mobile desarrollada en Argentina sobre React Native para Android e iOS. Escribo este resumen 10 semanas después de […]

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De cómo desarrollar una aplicación para informar sobre salud sexual básica, se convirtió en una lucha de hormiguitas intentando sobrevivir a Google.

Soy Analía Fukelman, Lic. en Comunicación, y llevo adelante Lunar APP ama tu ritmo, aplicación mobile desarrollada en Argentina sobre React Native para Android e iOS.

Escribo este resumen 10 semanas después de haber rescatado nuestro proyecto de un pozo increíble, injusto, generado por bots y políticas editoriales oscuras y ambiguas de Google.

Durante 2019 recibimos dos sanciones/advertencias por parte de GooglePlay, errores de perspectiva que nos costó meses de esfuerzo reparar.

Primer strike

En la primer advertencia, el equipo de revisión indicó que “la app incumplía la política de edad y debía ser sometida a una revisión“. Lo único que habíamos agregado a la aplicación días antes de esta advertencia era un texto que sugería a las usuarias conectar con su historia corporal y les proponía reflexionar sobre la misma, incluyendo si habían transitado embarazos, partos, abortos

La app no recibía ni pedía esta información de las usuarias, no abogaba a favor del aborto ni lo discutía, simplemente les sugería reflexionar sobre su propia historia en esta clave de lectura. Pero evidentemente la palabra es un trigger para los procesos revisión automáticos de búsqueda que corre la compañía. Con la app removida, nos sometimos a una nueva revisión de edad por el cuestionario de clasificación del contenido y nos ubicaron como adecuada sólo para mayores de 17 años.

Nos dio tristeza perder a una porción importante y vulnerable de nuestro público: no sólo menstruante. sino también con una desinformación altísima sobre su salud reproductiva.

América Latina y el Caribe tienen la segunda tasa más alta en el mundo de embarazos adolescentes, según informes de febrero 2018 de la Organización Panamericana de la Salud/OMS.

Segundo strike

En septiembre 2019, tras enviar una actualización con mejoras, nos informaron que el update había sido rechazado y la app eliminada de GooglePlay, junto con las métricas, reseñas y todo historial. ¿Eliminada directamente? Sí, ya era el segundo strike :O

En el mail nos informaban que habíamos perdido todo debido a dos infracciones: la primera, muy concreta y modificable, que nuestro espacio de donaciones no utilizaba GooglePayments. La segunda, que la aplicación violaba la política de contenido sexual del Store. Indican que tenemos, por ejemplo, ilustraciones sexualmente sugestivas.

ilustración de LUNAR APP que acompaña la información sobre fase pre-menstrual

Apelamos en inglés, explicando que se trata de un marco de alfabetización corporal, pero no lo reconsideraron. Y no sólo eso, sino que en la apelación dejaron sin responder otras preguntas: ¿qué sucede con el texto de la app? ¿también es revisado con este criterio de contenido (sexual inadecuado / sexual pero educativo)? ¿cuáles son los lineamientos, palabras clave, o criterios para adecuarse a la policy en materia de texto?

Unfortunately I’m not able to comment on your request or make commentary on the screenshot provided. However please keep in mind any part of your app is subject to review once submitted.” 

Intercambiamos largos mails en la apelación oficial que ofrece GooglePlay, sin recibir información suficiente para entender qué modificaciones eran necesarias, bajo amenaza de sufrir peores sanciones si subíamos un update y nuevamente “fallábamos” a la policy. No era tan simple como “sacá las ilustraciones y probá subir la app de nuevo” ¿PRUEBA Y ERROR? No tenés tal derecho. La política de strikes de la compañía, como en béisbol, te castiga cada vez que te equivocas, es acumulativo sobre tu reputación. Empezamos a leer sobre otros casos de pequeños desarrolladores, eliminados de un plumazo por procesos automatizados, definiciones como “contaminación” por una cuenta que ha tenido infracciones, y proyectos posteriores se marcan por estar relacionados con dicha cuenta…

Un procedimiento muy desgastante… y en nuestro caso, sin poder entender cómo la política en relación al contenido sexual se aplicaba de forma tan descontextualizada: la app está muy lejos de ser un servicio pornográfico o de entretenimiento. Lean las reviews para comprender el valor y el uso que le dan nuestras usuarias. “Comprendo mi cuerpo”, “Aprendí a entender lo que me pasa y valorarlo”, “Información amorosa, sensible, que me ayuda a cuidar mejor de mi salud”. LUNAR APP ha recibido endorsement de la Universidad de Ginebra en el marco de “Be healthy, be mobile!”, financiándonos para desarrollar nuevas funciones y generar investigación para la salud con los registros ingresados a la aplicación.

Salvataje

Finalmente, sólo tras interpelar a 4 trabajadores humanos de Google, uno de ellos logró que se reconsiderara la sanción, comprendiendo que las ilustraciones de la app tienen un carácter necesario para su función educativa e informativa. La sanción fue levantada y la app recuperó su historial y presencia en GooglePlay, pero desde su retorno, no aparece correctamente en el buscador de GooglePlay, ni aún ingresando su nombre completo en la búsqueda, un nuevo obstáculo para el proyecto no fácil desentrañar porque ¿a quién le vamos a reclamar por los resultados del buscador?

Creemos que con un poder tal como tiene la compañía, sus procedimientos generan una barrera respecto del acceso a información básica y vital. Y en términos de derechos sexuales y reproductivos, la política de contenido es demasiado abierta, breve y ambigua.
No admitimos aplicaciones que contengan o promocionen contenido sexual, como pornografía, ni cualquier contenido o servicio que tenga el objetivo de provocar placer de carácter sexual. Puede que se permitan contenidos que incluyan desnudos si no son innecesarios y si el objetivo principal es educativo, documental, científico o artístico. ” 

Nuestra experiencia, tristemente, ha comprobado que no poseen las herramientas necesarias para detectar los objetivos de las apps y evaluarlas inteligentemente, con conciencia ciudadana, al menos no en el campo de la salud reproductiva.

No hace falta extendernos sobre la importancia del acceso a la información sobre salud, en perspectiva de derechos humanos, cuyo bloqueo o deformación aqueja a un enorme colectivo de mujeres y otras identidades, especialmente en países sub-desarrollados como el nuestro.

el antiguo lema corporativo de Google: “no seas malicioso”

Lamentamos mucho haber pasado por esta situación, sobre todo siendo un emprendimiento sin fines de lucro, cuya oportunidades son limitadas desde el inicio. Nos resulta desesperante pensar en la fragilidad del trabajo que hacemos muchísimos movimientos activistas para generar contenido con impacto social, sometido al arbitrio editorial de procesos automatizados.

Enviamos esta carta a Google a través de una persona y esperamos una respuesta de la compañía, o al menos, una lectura humana de esta crónica.

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Usá LUNAR al 100% http://lunarcomunidad.com/usa-lunar-al-100/ http://lunarcomunidad.com/usa-lunar-al-100/#respond Tue, 17 Dec 2019 19:29:57 +0000 http://lunarcomunidad.com/?p=762 Tenemos contenidos y funciones extra para quienes se registran en LUNAR APP. Todo sigue siendo gratuito y sin vender tu información a nadie <3 … Sólo les pedimos que presten atención a estos pasos ¡y cuiden bien su contraseña alfanumérica! Si ingresás a AJUSTES y el botón de abajo dice “Ya no quiero enviar mis […]

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Tenemos contenidos y funciones extra para quienes se registran en LUNAR APP. Todo sigue siendo gratuito y sin vender tu información a nadie <3 … Sólo les pedimos que presten atención a estos pasos ¡y cuiden bien su contraseña alfanumérica!

Si ingresás a AJUSTES y el botón de abajo dice “Ya no quiero enviar mis datos” significa que…

ya estás registrada 😀

Ingresá regularmente a la sección “Guardar datos” para chequear que la fecha del último backup sea reciente, ya que LUNAR intenta guardar un backup cada vez que está abierta y tiene conexión a Internet.

Cualquier duda técnica, escribinos a comunidadlunar@gmail.com

La política de privacidad con la que cuidamos a usuaries está escrita en español humano acá (y también en inglés humano).

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Anteojos violetas para el pink-washing http://lunarcomunidad.com/anteojos-violetas-para-el-pink-washing/ http://lunarcomunidad.com/anteojos-violetas-para-el-pink-washing/#respond Sat, 16 Nov 2019 16:04:16 +0000 http://lunarcomunidad.com/?p=723 O cómo pensar los derechos laborales de trabajadores que menstrúan, con un poquito de teoría feminista. Por Magalí Campañó Venimos celebrando múltiples acciones que sacan a la menstruación del estatus de lo íntimo, para volverla protagonista la agenda pública. Sin embargo, aún en este panorama alentador, algunos correlatos jurídico-legales de lo menstrual parecen seguir un […]

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O cómo pensar los derechos laborales de trabajadores que menstrúan, con un poquito de teoría feminista.

Por Magalí Campañó

Venimos celebrando múltiples acciones que sacan a la menstruación del estatus de lo íntimo, para volverla protagonista la agenda pública. Sin embargo, aún en este panorama alentador, algunos correlatos jurídico-legales de lo menstrual parecen seguir un poco viejitos. En la esfera del derecho laboral, por ejemplo, la licencia por “día femenino” (vigente en algunos casos, pero prácticamente en desuso en la mayoría) es uno de ellos.

A esta altura del partido cae por su propio peso, que el falso binomio femenino-menstrual que le da nombre a esa licencia, no sólo niega la existencia de otras corporalidades menstruantes (varones trans, personas no binarias y otras identidades de género) sino que a la vez, dota al ciclo menstrual de un sentido de obligatoriedad para los cuerpos femenizados, ocultando al enorme número que, por diversas razones, no menstrúa. Sugerimos “día/licencia menstrual” como una buena fórmula que, además de inclusiva, permite nombrar con todas las letras lo silenciado por algunos tabúes.

Una modesta recopilación de algunxs teóricos enmarcadxs en el movimiento feminista, puede posibilitarnos pensar con qué contenidos materiales y simbólicos se podría resignificar la olvidada licencia por día menstrual, y cómo desarrollar acciones colectivas para promover el reconocimiento, ejercicio y goce de este derecho laboral de lxs trabajadorxs menstruantes.

Para comenzar a entender de qué va la cosa, sirve rescatar a Emily Martin (1998), que “analizó el surgimiento y desarrollo del síndrome pre menstrual como una patología y lo explicó como una forma de expulsar a las mujeres del mercado de trabajo y disciplinarlas a partir de un diagnóstico médico”. Desde esta perspectiva, el síndrome premenstrual, teñido de patología, aparece como un dispositivo sexo-genérico –agenciado fundamentalmente por el saber médico- que al interaccionar con otros dispositivos de la desigualdad en relación al género (los del mercado laboral por ejemplo) configura una serie de experiencias específicas y explica un poco por qué estamos dónde estamos.

Consideremos además que esa concepción del síndrome premenstrual, se intersecta con otra idea generalizada: “no está bien visto que las personas que menstrúan hablen de ello o lo manifiesten de ninguna manera explícita”, y con un universo publicitario en el que la sangre menstrual es azul, mientras los productos prometen que podemos usar pantalones blancos aún “en esos días”.

En ese sentido, analiza Agostina Mileo que “uno de los puntos fuertes de la promoción de estos productos (los convencionales para la gestión menstrual) es su promesa de “liberación” de la menstruación, a partir de lo que se infiere que la tendencia será hacia la elección de productos que disimulen lo más posible la condición menstrual y no hacia aquellos que promuevan el conocimiento del cuerpo y su aceptación, creando con ello la perpetuación del tabú y a través de ello de la desinformación.”.

De lo dicho hasta acá, una primera conclusión pareciera indicar que en el mercado del trabajo, la negación de la menstruación, y el éxito de los productos con promesas de “liberación” aparecen como mecanismos de supervivencia para contrarrestar los efectos de la patologización del ciclo menstrual, y las consecuencias asociadas a incrementar las desventajas laborales frente a “lo masculino” en las que puede derivar.

Sí, como si la jornada triple, la brecha salarial, la precarización, el techo de cristal y la lista interminable de etcéteras, no fueran suficientes.

Más acá en el tiempo, y como contrapropuesta a la histórica negación, encontramos a Lily Yuste, que comercializa un sistema “potenciador de las habilidades femeninas”, a partir del autoconocimiento y aceptación de la ciclicidad de las personas menstruantes, cuyo resultado promete impulsar a las usuarias a dar y darse lo mejor de sí mismas en cada una de las fases del ciclo. Desde su perspectiva, potenciar las habilidades es un doble beneficio: para quienes menstruamos, y también para las empresas o proyectos en los que trabajamos. Así, su aproximación hacia lo potenciador, se explica a partir de la productividad (sólo de mujeres cis, pareciera).

Mientras tanto, en el polo contrario, Erika Irusta valora igualmente la potencialidad de vivir el cuerpo y el ciclo menstrual desde el auto-conocimiento y el placer, pero desde una perspectiva de beneficios individuales y colectivos distanciada de la lógica del aprovechamiento empresarial. En concreto, “defiende la cultura menstrual como una cultura de cuidados que debe hacer frente a la neoliberal”. Cabe aclarar, que Irusta sí incluye a todos los cuerpos menstruantes.

Por la misma línea, algunas empresas europeas, “reclaman una “política empresarial” que reconozca este derecho sin calificarlo como “enfermedad”. La idea de instaurar esas políticas arremete “contra la “falsa” creencia de que tomarse tiempo libre va en contra de los intereses empresariales” pues en definitiva se trata de “coordinar” las agendas laborales con los ciclos naturales del cuerpo para aprovechar” esos días posteriores al sangrado en que las personas menstruantes pueden resultar “tres veces más productivas”. “Es una cuestión de rentabilidad y efectividad” sostienen.

Creemos que las posiciones citadas no se excluyen. Aunque surja más enmascarado de provecho que de derecho, el escenario para que la licencia menstrual pueda ser pensada es hoy más fértil que en ningún otro contexto. En un universo que cada vez más es gobernado por CEOs, la lógica capitalista-empresarial puede ser reapropiada y resignificada como un trampolín, un modo de generar interés, darle cabida, vigencia y motorización a la propuesta. Sobran ejemplos de estas tendencias que comparten la dinámica dual de “trabajadores felices”/beneficios empresariales: la cada vez más frecuente implementación del sistema de homeoffice para la reducción de gastos, es uno de ellos.

Así, aún frente a los intereses que puedan motivar a esos sectores a mirar con buenos ojos el derecho a la licencia menstrual; aún cuando operen con lógicas que “apunt(en) a incorporar de forma instrumental el lenguaje del feminismo y la perspectiva de género (…) dejando intocada la estructura productiva”, tal vez podríamos pararnos de un modo siempre escéptico pero igualmente bienvenido.

Porque aunque sepamos que esas propuestas expresan muy parcial e inacabadamente la agenda menstrual feminista, y que detrás de las razones pinkwasheadas se dejan ver los hilos de otros entretejidos no tan nobles, en definitiva, obtenido el derecho y más allá de sus orígenes, siempre tendremos “la posibilidad de otras apropiaciones” en las que podremos resignificarlo con anteojos violetas.


Felitti, Ramírez – Nota a la edición latinoamericana de “Mi sangre” de Élise Thiébaut – 2017
Karina Felitti – “Cíclica y la copa menstrual argentina, Historia, propuestas y desafíos del movimiento Maggacup” (2016)
Leache y Lombart  – Una lectura del género como dispositivo de poder, 2009.
Agostina Mileo – Mi guita, mi cuerpo, mi problema, ¿o no?

Instaurar una ‘política menstrual’ en la dinámica empresarial
https://www.europapress.es/andalucia/noticia-ugt-valora-baja-menstrual-propuesta-italia-apunta-si-hombres-tuvieran-menstruacion-estaria-legislada-20170330171015.html
https://www.elcaminorubi.com/pinceladas-sobre-mi/
https://www.elsaltodiario.com/pista-de-aterrizaje/erika-irusta-orgullo-menstrual

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